lunes, 29 de septiembre de 2014

Agujero de gusano



Un agujero de gusano o un puente de Einstein-Rosen es un atajo o túnel en el espacio y el tiempo que, según la teoría de la relatividad general de Einstein, es posible en la naturaleza.
El agujero consistiría en dos o más entradas conectadas a un único túnel que permitiría a la materia ir de una de las entradas a otra.
Su proceso de formación es prácticamente el mismo que el de un agujero negro, una estrella de grandísima masa muere y en vez de explotar expulsando toda esa materia y energía, se comprimiría implosionando y formando un agujero de gusano. Por tanto, a grandes rasgos, sería como un tipo de agujero negro que en vez de desintegrar la materia, la transportaría.
El primero en hacer referencia a su posible existencia fue Ludwig Flamm en 1916, mientras actualizaba y postulaba teorías sobre la cuarta dimensión física (el tiempo). Ese mismo año Einstein postulaba su teoría de la relatividad, que daría pie a creer que existían.
Según las diversas teorías habría dos tipos de agujeros de gusano, uno que iría de un punto a otro del universo como un túnel espacial y otro que permitiría ir de un universo a otro distinto. También se estipula que no todos podrían atravesarse o que podrían ser unidireccionales.
El transporte de un lado a otro no tiene por qué ser en el mismo tiempo, podría viajarse al pasado o al futuro, aunque el tiempo seguiría su curso, es decir, que para una de las entradas el tiempo va más rápido que para otra, pero siempre avanza, por lo que si volvemos por la misma entrada iremos a un tiempo más avanzado del que vinimos. Por ejemplo, si entramos por una en 2010 y nos lleva a 2005, si volvemos a entrar por la segunda en 2010, saldremos por la primera en 2020.
Hasta la fecha no se ha podido localizar ninguno ni verificar o descartar la existencia de los mismos.

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