El Manuscrito Voynich es un libro ilustrado escrito en un idioma y alfabeto desconocido. Los expertos lo fechan entre en 1450 y el 1520 en el norte de Italia por ciertos detalles de sus dibujos. Su nombre le fue puesto en honor al especialista en libros antiguos Wilfred M. Voynich quien lo dio a conocer.
Está considerado el Santo Grial de la criptografía, siendo uno de los libros más estudiados por los criptógrafos. Su característica más interesante es que cumple la llamada ley de Zipf, que estipula que en todas las lenguas conocidas, aquellas palabras que más se utilizan son más cortas. Esto indica que, o bien era un lenguaje existente o una codificación de uno. Se sabe que fue escrito con fluidez y reglas fonéticas, lo que descartaría la codificación. También se cree que no era una lengua europea por su similitud al árabe, en el qué una letra tiene distinta grafía dependiendo de en que posición se encuentre dentro de la palabra pero, en cambio, se escribe de izquierda a derecha y de arriba abajo.
El libro tiene 240 páginas, aunque le faltan algunas, primero dibujadas con color y luego escritas con pluma de ave.
Lo que se sabe del libro se debe a las ilustraciones y la densidad o tamaño de los párrafos. Según estos datos, se divide en cinco secciones, herbario, con una o dos ilustraciones grandes con algún párrafo; astronómica, con diagramas circulares con soles, lunas, estrellas y signos zodiacales; biológica, pequeñas figuras rodeadas de un denso texto; cosmológica, extraños diagramas circulares expuestos en desplegables de hasta seis páginas como el de una red de islas; farmacéutica, pequeños párrafos con dibujos de plantas con leyenda de cada parte de la misma, y recetas, muchos párrafos cortos enmarcados sin ilustraciones indicando una secuencia de pasos.
Su primer dueño confirmado fue Georgius Barschius, un alquimista del siglo XVII, gracias a las cartas que le envió a Athanasius Kircher, un jesuita experto en escritura jeroglífica. Tras la muerte de Barschius, su amigo Johannes Marcus Marci profesor de la universidad de Praga, quien heredó el libro, se lo envió a Kircher. En la carta que le adjuntó menciona que fue comprado por el emperador Rodolfo II de Bohemia cuya corte creía que su autor era Roger Bacon, ahora descartado como tal por las pruebas históricas.
Su siguiente paradero se cree que fue la biblioteca de la actual Universidad Pontificia Gregoriana, que, cuando las tropas de Víctor Manuel II de Italia atacaron la ciudad, para evitar su confiscación, lo trasladaron junto con muchos otros libros a otra biblioteca.
En 1912, Wilfrid Voynich adquirió el libro, junto a otros 29, a esta universidad que pasaba un momento de economía precaria y vendía parte de su biblioteca.
Su utilidad sigue siendo un misterio porque, aunque parece una farmacopea, pero sus ilustraciones son, en su mayoría de plantas inventadas.
Fuente: Wikipedia - Manuscrito Voynich
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