La idea del bolígrafo le surgió por las molestias que le ocasionaba como periodista que la pluma estilográfica se le atascara. Su hermano, que era químico, creara una tinta mejor que la utilizada en las plumas, pero que hacía que estas se atascasen y, cogiendo esto y la idea de usar una bola en la punta del bolígrafo, creó su primer prototipo y lo patentó.
Mientras trabajaba para un periódico tomando notas con su prototipo, el entonces ex presidente de Argentina lo invitó a vivir a su país tras fascinarle su invento. Inicialmente rechazó la oferta, pero debido al hecho de ser judío tuvo que huir allí al estallar la Segunda Guerra Mundial con su amigo y futuro socio Meyne.
Una vez en Argentina, perfeccionó su invento, creó una compañía y comercializó el invento por primera vez bajo el nombre de Birome. El precio era tan bajo que en las librerías se vendían como juguetes hasta que empezó a venderse en grandes cantidades gracias a que no necesitaba recargas, duraba más que una pluma y la tinta creada por su hermano secaba en el acto, era indeleble y no goteaba (lo que fue una revolución para la aviación).
Vendió los derechos a varias empresas por dos millones de dólares de la época.
La empresa quebró, pero Biro siguió trabajando como director en la empresa de uno de sus proveedores mejorando su invento.
Además del bolígrafo, también inventó una lavadora y una caja de cambios automática para los coches que fue adquirida por General Motors temiendo la competencia.
Como dato curioso, la idea de usar una bola como punta del bolígrafo le vino al ver a unos niños jugar con canicas y la línea que dejaban al pasar por un charco.
Fuente: Wikipedia - Ladislao Biro
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