La antimateria es, por así decirlo, lo contrario a la materia. Es extremadamente escasa en el universo, su almacenamiento y creación es muy costoso y por ello, está considerada como el recurso más caro del universo.
La materia está conformada por tres partículas elementales, los protones (carga positiva), electrones (carga negativa) y neutrones (sin carga) y que los ligeros electrones giran en torno a un pesado núcleo formado por neutrones y protones. Teniendo en cuenta esto, la antimateria intercambia los polos, es decir, los positrones o antielectrones que giran alrededor del núcleo mantienen su ligereza, pero tienen carga positiva y los antiprotones, negativa.
Todo elemento de la tabla periódica tiene su antielemento, compartes las mismas propiedades, pero con polos opuestos. Si un elemento choca con su antielemento, ambos se aniquilan.
A diferencia de lo que se suele pensar, la destrucción no viene dada por la propia antimateria al tocar materia, puesto que al tocar una misma cantidad de materia igual a ella, ambas desaparecen, sino que la destrucción viene dada de la energía generada de la destrucción de ambos elementos. Cuando ambos chocan, las partículas se separan formando energía pura, rayos gamma, que destruyen todo a su paso. Como dato, la energía generada de una sola partícula chocando con una antipartícula es diez mil veces la generada mediante energía nuclear.
En la actualidad se han creado pequeñas cantidades de antimateria, pero, como su almacenamiento ha de ser en vacío y con campos electromagnéticos, su coste es extremadamente elevado y su duración se cuenta en segundos. Se ha barajado la posibilidad de recolectarla de fuentes naturales que la generan, como son las tormentas eléctricas o el campo electromagnético que rodea la Tierra.
Entre sus posibles usos están su uso como combustible espacial, ya que con diez miligramos llegaríamos a Marte, fuentes de energía o la eliminación de tumores y el cáncer.
Fuente: Wikipedia - Antimateria
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