Los pecados capitales fueron creados por el cristianismo para educar en la moralidad cristiana a sus fieles.
Originalmente (año 258) Cipriano de Cartago escribió que eran ocho divididos en dos grupos, los vicios concupiscibles o de posesión: gastrimargia (gula y ebriedad), philarguria (avaricia), porneia (lujuria), kenodoxia (vanagloria, jactarse de algo); y los irascibles o de frustación, orgè (ira), lupè (tristeza), acedia (pereza) y uperèphania (orgullo).
Entre el 360 y el 435 Juan Casiano modificó el nombre y los unió en un mismo grupo quedando como gastrimargia (Al no haber una única palabra que implique la gula y la ebriedad, lo dejó en griego), avaricia, lujuria, vanagloria, ira, tristeza, pereza y soberbia.
En el siglo VI fueron creados, basándose en los anteriores, los siete pecados capitales, más conocidos en la actualidad, por el papa romano Gregorio Magno. Lujuria, pereza, gula, ira, envidia, avaricia y soberbia. Estos fueron reafirmados por Dante Alighieri quien reafirmó la teología desde el renacimiento.
La lujuria hace referencia al pecado del deseo sexual incontrolable y a los pensamientos sexuales.
La pereza es el pecado producido por dejar de hacerse cargo de uno mismo y dejadez de las cosas que estamos obligados a hacer.
La gula es el exceso del consumo de bebida y comida de forma innecesaria.
La ira es el sentimiento de odio y enfado descontrolado así como la negación a la verdad.
La envidia es el deseo insaciable de bienes materiales de otros.
La avaricia es el exceso de riquezas y deseo insaciable de ellas.
La soberbia está considerado el peor de los pecados y se refiere a la sobrevaloración de la misma persona por encima de los otros.
Por otro lado, poca gente sabe que en contraposición a los pecados capitales existen las siete virtudes capitales. La humildad (contraria a la sobervia), la generosidad (contraria a la avaricia), la castidad (contraria a la lujuria), la paciencia (contraria a la ira), la templanza (contraria a la gula), caridad (contraria a la envidia) y diligencia (contraria a la pereza).
En 1589 a cada pecado se le asoció un demonio como tentador de dicho pecado a los humanos. Asmodeo, Belcebú, Mammon, Belfegor, Amon, Leviatán y Lucifer representan la lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia respectivamente.
En el año 2008, el Tribunal de la Penitenciaría del Vaticano, presentó una actualización a los nuevos tiempos de los pecados que fueron denominados pecados sociales o nuevos pecados capitales. Estos nuevos pecados reemplazan a los viejos y ya obsoletos con otros siete, realizar manipulaciones genéticas, llevar a cabo experimentos sobre seres humanos y embriones, contaminar el medio ambiente, provocar injusticia social, causar pobreza, enriquecerse hasta límites obscenos a expensas del bien común y consumir drogas.
Fuente: Wikipedia - Pecados capitales
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