Hace años se planteó refrigerar las centrales nucleares con gases como el helio, más eficaces, a prueba de fusión y sin contaminación de aguas. Pese a estos beneficios no se implantó con mucho éxito a causa del coste de almacenamiento entre otras cosas.
Esto podría cambiar a causa del incidente en la central de Fukushima.
El uso de helio beneficia en dos grandes puntos, al ser un gas inerte no puede volverse radiactivo y alcanza temperaturas muy superiores mejorando la eficiencia de los reactores generando más electricidad.
Para mejorar la seguridad del núcleo, se cambiarían las barras de uranio actuales por guijarros de grafito con el uranio en su interior. El uso de estos guijarros se debe a que el grafito decelera los neutrones, que dañan notablemente las paredes del reactor, y mantiene una temperatura estable en el rango adecuado.
En el interior de cada guijarro se distribuyen pequeñas partículas de uranio rodeadas de carbono y silicio. Sobre unas 15.000 partículas, alrededor de nueve gramos de uranio.
El funcionamiento del reactor es muy simple, unas 5.000 esferas van bajando por el reactor como un embudo. Por él se ventila el helio que se calienta y mueve las turbinas, cuando un guijarro llega al fondo, la parte más caliente, si aún puede generar energía, vuelve a la parte superior, si no puede, se almacena como residuo y se añade uno nuevo.
Fuente: Revista National Geografic Octubre 2011 "Mañana. Nucleares a prueba de fusión."
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